Nos levantamos temprano para subir al despegue. El olor a madera, pinos y tierra húmeda entraba por la ventana del coche. Música a todo volumen para calmar los nervios.
Jano estaba listo para su primer despegue fuera de Puebla. Charly (su maestro) había hablado con los pilotos de Valle para que lo guiaran en el vuelo. «Pana» le explicó sobre las condiciones de Temascaltepec y lo ayudó en su primer despegue.
Sin problemas y con una naturalidad que fascinaba a los espectadores, Jano despegó y aterrizó a la perfección. Sólo 17 años, sin miedo, libre, feliz.
Sus siguientes vuelos fueron aún mejores. – Quiero volar en el Peñón – me dijo. Pero ya llegará ese momento – finalizó. Tranquilo, emocionado y consciente de que le falta un buen camino por recorrer, Jano sabe que este es sólo el inicio de una gran aventura.
– Va a ser un buen piloto – me dijo «El Nenuco», su instructor de aterrizaje. – Estoy segura de eso – le dije. Y verán, es emocionante para mi poder acompañar, aunque sea desde mi lente, a otro miembro de la familia en el aire. Sin miedo, libre y feliz.
-Paloma-